El telón se bajó en el Martín Carpena, pero no sin antes dejar el alma en la pista. El Unicaja luchó, dominó durante tres cuartos y murió de pie ante un Real Madrid que supo resistir el infierno verde para llevarse el cuarto partido de la serie por 79-86 y certificar su pase a la final de la Liga Endesa con un 3-1 en la serie. Fue el cierre de una temporada inolvidable para los de Ibon Navarro, que conquistaron nada menos que cuatro títulos: la Supercopa Endesa, la Copa Intercontinental FIBA, la Copa del Rey y la Basketball Champions League. El Carpena, repleto, despidió entre aplausos a un equipo para la historia con el grito de "campeones".
Con la energía de las grandes noches, Unicaja arrancó el partido como un vendaval. Tres triples seguidos, dos de Osetkowski y uno de Perry, encendieron al Carpena (9-2) y pusieron en pie a los 10.681 aficionados. Carter y Alberto Díaz sumaban para estirar la ventaja (17-9), mientras que la defensa malagueña incomodaba a los de Chus Mateo. Llull con dos triples devolvía algo de oxígeno a los blancos, pero Ejim desde el tiro libre cerraba un notable primer cuarto (22-16). El Carpena vibraba on los suyos. El segundo cuarto mantuvo el mismo guión. Sima se hacía grande ante Tavares y Ejim aportaba en ambas zonas. Un parcial de 9-2 culminado con una bandeja de Perry lanzaba a Unicaja (31-21), obligando a Chus Mateo a pedir tiempo muerto. Osetkowski, impecable en el tiro exterior, firmó 12 puntos sin fallo antes del descanso. Solo la calidad de Hezonja (20 puntos) y un par de acciones de Llull permitieron al Real Madrid mantenerse con vida al término del segundo cuarto con un 43-39 en el marcador.
La reacción blanca llegaba en la reanudación y el partido se equilibró. Unicaja comenzó a fallar tiros liberados y Tavares (16 puntos, 12 rebotes) apareció en ataque y en intimidación para igualar el choque (47-47). La respuesta llegó por parte de Balcerowski y Ejim, muy físicos, y un triple de Kalinoski desató la euforia (63-57). Pero el Real Madrid se mantenía cerca, aprovechando las pérdidas locales y su superioridad en el rebote. Con 63-61 y diez minutos por jugar, todo estaba por decidir. El último cuarto fue una guerra táctica y emocional. Carter asumió galones y mantuvo al Unicaja en el partido (69-69), pero un triple de Hezonja seguido de otro de Llull iniciaron un parcial clave (72-77). El desacierto se apoderó de los malagueños, que perdieron a Osetkowski por faltas y sufrieron con Campazzo, decisivo en los instantes finales con un 2+1 que acabó con las esperanzas locales (77-82). La remontada no llegó, y el 79-86 selló la clasificación del Real Madrid para la final. Fin de una temporada para un equipo de leyenda. Se cerró así una serie marcada por el esfuerzo, el carácter y el talento. Unicaja, que venía de evitar la barrida con un épico tercer partido, soñó durante muchos minutos con forzar el quinto. No pudo ser. Pero el equipo de Ibon Navarro se marcha con la cabeza muy alta, aplaudido por su gente y con una vitrina repleta. Queda el sabor amargo de una eliminación, sí, pero también el orgullo de haber firmado una de las mejores temporadas de la historia del club.
Unicaja 79 (22+21+20+16): Perry (14), Kalinoski (3), Barreiro (0), Osetkowski (12), Sima (6) – quinteto inicial. Díaz (6), Carter (17), Djedovic (0), Tillie (0), Taylor (2), Ejim (11), Balcerowski (8).
Real Madrid 86 (16+23+22+25): Campazzo (12), Abalde (3), Hezonja (20), Ndiaye (0), Tavares (16) – quinteto inicial. González (0), Musa (14), Garuba (2), Fernando (4), Feliz (2), Llull (13), Rathan-Hayes (0).
Árbitros: Emilio Pérez Pizarro, Óscar Perea y Jordi Aliaga. Eliminados por faltas Osetkowski, Balcerowski por Unicaja y Tavares en el Real Madrid, todos ellos en la recta final del partido.
Incidencias: Cuarto partido de semifinales de la Liga Endesa, disputado en el Palacio de los Deportes José María Martín Carpena ante 10.681 espectadores qque registró un lleno absoluto.
El Real Madrid luchará ahora por su 38º título liguero ante el Valencia Basket. Unicaja, mientras tanto, despide una campaña histórica que será recordada por siempre en la memoria del baloncesto malagueño.
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